El domingo tuvimos merienda familiar para celebrar el día de la madre, os dejo la receta de la tarta petit suisse sin gluten que preparé siguiendo la receta del blog «Yo también soy celíaco«.
La tarta queda muy suave, es muy refrescante y no excesivamente dulce. Si tenéis niños en casa, animaros, porque les va a encantar.
INGREDIENTES:
– 300 g de galletas de desayuno sin gluten tipo María (Gullón)
– 90 g de mantequilla clásica (Central Lechera Asturiana)
– 6 petit de fresa aptos (Danonino)
– 200 ml de nata líquida para montar y cocinar sin gluten (Pascual)
– 7 hojas de gelatina neutra (Hacendado)
– 200 ml de leche (semidesnatada y sin lactosa de Hacendado)
– 130 g de azúcar blanca
– 1 vaso de agua
– estrellitas pequeñas de colores para decorar sin gluten (Hacendado)
ELABORACIÓN:
En primer lugar desmenuzamos muy bien las galletas, te puedes ayudar con el palo del mortero, después le añadimos la mantequilla derretida previamente en el microondas y formamos una masa que pondremos en el fondo del molde, apretamos bien y dejamos enfriar en la nevera.
Hidratamos 5 de las 7 láminas de gelatina neutra en un plato con agua fría durante 3 minutos.
Calentamos la leche en un cazo. Cuando esté a punto de hervir, escurrimos las hojas de gelatina que estaban en remojo y las añadimos a la leche. Movemos hasta que se disuelva. Reservamos.
En un bol mezclamos la nata, los 6 petit y 100 g de azúcar moviendo muy bien con la varilla.
En ese mismo bol, añadimos poco a poco la leche (ya con la gelatina disuelta) y batimos hasta que se mezcle todo muy bien.
Vertemos en el molde desmontable donde tenemos ya nuestra base preparada.
Dejamos enfriar en la nevera de 4 a 6 horas. Cuánto más tiempo lo tengamos, más consistencia tendrá. Yo lo tuve enfriando en la nevera desde el día anterior.
Para preparar la cobertura, ponemos en remojo en agua fría durante 3 minutos las hojas de gelatina que nos quedaban.
Medimos agua con un vaso y calentamos en una cacerola pequeña junto con los 30 g de azúcar hasta que esté a punto de hervir.
Escurrimos la gelatina y disolvemos en la cacerola junto con el agua. Reservamos hasta que se enfríe lo suficiente como para verterlo encima del relleno (tiene que estar templado para que no se derrita el relleno y no se mezclen).
Decoramos la tarta, nosotros en esta ocasión hemos utilizado estrellitas de colores que como podéis ver en las fotos, quedan fenomenal.
Reservamos la tarta en la nevera un par de horas más, hasta que termine de cuajar.