El mar nos ofrece infinidad de tesoros alimenticios que además de alegrarnos el paladar con su sabor, nos brindan numerosos beneficios nutricionales. Un claro ejemplo de esto son los mejillones, un molusco que está a nuestra disposición todo el año.
Existen numerosos tipos de mejillones dependiendo de la forma de su concha, pero todos ellos tienen una cosa en común, y es que son una buena fuente de proteínas marinas de alta calidad.
El mejillón es uno de los moluscos más apreciados y utilizados en cocina. Pero no solamente se componen de proteínas, sino que son un buen cóctel de nutrientes que nos ofrecerá un sinfín de propiedades y beneficios que no debemos pasar por alto.
Es destacable su alto contenido en yodo, un mineral necesario para el buen funcionamiento del metabolismo y también brinda grandes dosis de hierro, concretamente contiene 4,5 gramos por cada 100 gr., más que muchas carnes consideradas ricas en este mineral.
El aporte mineral de los mejillones no termina aquí, ya que además son destacables sus altas dosis de calcio, sodio, fósforo y magnesio y también encontramos altas dosis de vitamina E. La presencia de vitaminas del grupo B es también destacable, convirtiéndolos en un alimento muy beneficioso.
Después de esta lección… ¡marchando una de mejillones al vapor!
INGREDIENTES:
– 1 kilo de mejillones
– agua
– sal
ELABORACIÓN:
Lavar muy bien los mejillones.
Cocerlos en agua con sal hasta que se abran todos o la mayoría de ellos y vamos retirando conforme se vayan abriendo. Quitamos una de las cáscaras y servimos en el plato. Regamos con su propio caldo y limón exprimido al gusto.
*Otra posibilidad es cocerlos en vino blanco con un chorrito de limón.